Todo está listo para estallar”, publica
el diario español El País en su edición del 11 de octubre, a ocho días del
descubrimiento de otras cuatro fosas clandestinas en Iguala, Guerrero, donde
los cuerpos hallados pudieran corresponder a los 43 estudiantes de la Normal
Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero.
En un artículo escrito por el periodista
Jan Martínez, títulado ‘La crisis de Iguala se convierte en una tormenta
política en México’, señala que sólo falta la confirmación oficial de que los
cadáveres corresponden a los jóvenes desaparecidos el pasado 26 de septiembre,
para que todo estalle, sin embargo en la espera de ese día, los mexicanos
asisten a una oleada de consternación sin precedentes en el mandato del
presidente Enrique Peña Nieto.
Aclara que el gobierno sabe del
terremoto que se aproxima, por lo que el priista Peña Nieto tuvo que poner
manos a la obra para intervenir en el caso al enviar a los elementos de la
Gendarmería a hacerse cargo de la seguridad en el municipio, y buscar a los
probables responsables de estas acciones.
Ejemplifica que es el mismo camino que
tomó el director de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón, el
hombre que capturó a ‘El Chapo’ Guzmán, el narcotraficante más buscado del
planeta, pero específica, “estas medidas no han logrado calmar los ánimos”.
Señala que a las palabras de
consternación del titular del Ejecutivo en México, se han sumado las más altas
instancias de la seguridad mexicana. “Uno tras otro, han intervenido para
mostrar el denuedo gubernamental en la resolución del caso”.
Por su parte, intelectuales y empresarios
se han sumado al malestar. Y han apuntado al corazón del problema: la
incapacidad de las fuerzas de seguridad de domar la violencia, lentas y torpes
a la hora de detener a criminales que se permiten secuestrar y hacer
desaparecer estudiantes por decenas.
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